Doris Kraft
(Programa de la presentación de “El Hilo”, 17 de julio de
1984)
LA EXTRAORDINARIA DORIS KRAFFT
Palabras expresadas en un homenaje póstumo
en 2004
Deseo expresarles algo sobre mi convivencia con Doris Krafft. Así,
este breve relato está escrito de forma muy personal en torno a mis recuerdos
de Doris. Decir Doris Krafft es equivalente a decir “persona extraordinaria”.
Siempre he tenido la grata impresión de que escucho, leo o convivo con una
persona extraordinaria. Recuerdo, con mucho cariño la primera actuación que
realizamos juntos. Tuvo lugar en el Foro Coyoacanense el martes 17 de julio de
1984. Ahí presentó su libro “El Hilo”. Durante el ensayo, yo lloraba al escuchar
su lectura.
-Cómo es posible tanto sentimiento y expresión, Doris- le dije
-Es mi vida- me respondió.
En esa ocasión interpreté dos sonatas de Beethoven. Al finalizar la
Sonata Appassionata, Juan Rueda Ortiz comentó que nunca más volvería yo a tocar
esa sonata de esa manera y hasta la fecha, así ha sido. La emoción y el
ambiente que Doris creó en mí y en todo el público que estaba presente, fueron
extraordinarios.
Ese mismo año, el lunes 19 de noviembre, colaboramos en la
presentación de su libro “Historia de un Complejo” en la Sala Chopin. Yo
interpreté “Rhapsody in Blue” y los Tres preludios para piano de George
Gershwin. Como siempre, su actuación fue extraordinaria. A partir de ese año,
gracias a mi querido amigo, el Maestro Edwin Lugo, quien me invitó a colaborar
con Doris desde un principio, recibí la invitación de Alfonso Reyes H. para
incorporarme al Instituto Mexicano de Ciencias y Humanidades donde ambos, Doris
y Edwin, ya eran miembros.
En otra ocasión, el lunes 18 de abril de 1988, coincidimos
nuevamente en la Capilla del Instituto Cultural Helénico durante un acto de la
Sociedad Cultural Sor Juana Inés de la Cruz. Ahí presentó Doris un
extraordinario escrito sobre Sor Juana.
Nuestras convivencias en innumerables ocasiones, durante más de
veinte años en las sesiones del Instituto Mexicano de Ciencias y Humanidades y
en otras muchas enriquecieron mi vida y gocé de su encantadora compañía, humor,
conversación y amistad. Recuerdo su presencia en mis recitales y conciertos con
orquestas sinfónicas. En particular, en un recital que ofrecí en Radio
Universidad, un día en que cayó una tormenta como pocas ha habido, habiéndose
inundado muchas calles de la ciudad, ahí estaba Doris, acompañándome en una de
mis recordadas actuaciones. Siempre le he tenido una gran admiración, ella lo
sabía, pues en muchas ocasiones se lo expresé. Su memoria permanecerá viva en
mí como en todos ustedes.
La última actuación que compartimos tuvo lugar el viernes 21 de
noviembre del 2003 en un recital marino de Poesía, Música y Pintura. Fue un
acto que, conjuntamente con otras asociaciones, organizó la Asociación de
Escritores y Artistas Españoles, Filial en México, misma que me honro en
presidir y de la cual Doris era la Directora Académica de Escritores. Una vez
más, Doris estuvo extraordinaria con su propia poesía.
Nunca nos imaginamos que nos dejara así, en plenitud creativa,
repentinamente y sin poder despedirnos. Hasta en eso fue extraordinaria. Vuelvo
a escribir, “la extraordinaria Doris Krafft”.
Emilio Lluis Puebla